viernes, noviembre 12, 2010
Emoción poética: la palabra y la imagen de un pueblo
La jornada del miércoles 10 de noviembre, se puede calificar de emotiva. Tras los acontecimientos de los últimos días y la masiva respuesta a la concentración del martes, los organizadores del acto creíamos que estaríamos solos en la sala. Nada más allá de la realidad. Éramos unas cuarenta personas.
Israel Morales, compañero de la Asamblea por el Sáhara Occidental de la Universidad de Alicante (ASOUA), presentó a los integrantes de la mesa, expresando brevemente nuestra condena a la brutalidad marroquí.
La primera persona que hizo uso de la palabra fue Dulcinea Tomás, cuyo largo currículum académico (filóloga, historiadora, antropóloga cultural y, actualmente, integrante del grupo de I+D "Literatura africana en castellano: mediación literaria y hospitalidad poética desde los 90" de la Universidad de Alicante) no le impidió describir con absoluta sensibilidad la trayectoria de la literatura saharaui. Rindió un afectivo homenaje a la oralidad en hasanía de este pueblo, para después acercarnos a la literatura en castellano con una complicidad que su mirada era incapaz de ocultar, en especial cuando leía algún fragmento o algún cuento en prosa. Reiteró el desinterés vergonzante de la Academia Española de la Lengua, cuyo representante en el exterior es el Instituto Cervantes, sobre la literatura en castellano de los pueblos africanos, entre los que se encuentra el pueblo saharaui; lengua que no es un simple vehículo de locución, si no que encierra toda la simbología de la resistencia frente al invasor marroquí de lengua francesa y de su hermandad con el pueblo español. Matizó el carácter político y social del nacimiento de la Generación de la Amistad, cuya poesía está marcada por la ocupación marroquí, la guerra y el exilio. En definitiva, nos acercó no sólo a la literatura si no también a toda una filosofía de resistencia y lucha a través del arte.
Fue ella quien dio paso a Luali Lahsen, poeta de la Generación de la Amistad, parafraseando las palabras del prólogo de la antología poética Um Draiga, escritas por Antonio Polo: “Mírenle directamente a los ojos, luego esperen que la pulpa fresca de su sonrisa deje paso franco a sus palabras.” Así fue como entramos en el viaje de una vida. Luali leyó una pequeña, pero impresionante, autobiografía que nos dejó a todos los presentes con la lágrima muy cerca de la comisura de nuestros párpados. Después nos regaló algunos poemas, poemas que resbalaban por su voz con la dulzura y la fuerza de su pueblo. No era sólo él quien nos hablaba, eran todos los saharauis pasados, presentes y futuros quienes exigían, a través de sus poemas y los de otros compañeros de la Generación, Verdad, Justicia y Dignidad. Era magia la energía que brotaba de su mirada, esperanza la que demostraba con la elegancia y fuerza de su expresión. Y sí, la pulpa fresca de su sonrisa y la franqueza de sus palabras nos contrajeron el corazón para después abrirlo, al paso del siroco, que dejará para siempre en nosotros La arena de sus huellas. Y con el tacto de Las manos, terminó este viaje por la poesía de las palabras, de las miradas y de la esperanza.
Tras la intervención abrumadora de Luali, Israel terminó por volcar toda nuestra rabia en lágrimas con un poema* de Ali Salem Iselmu sobre los últimos acontecimientos… para dar paso a la presentación del audiovisual de Vicente Pérez Belda, “La mirada de un pueblo”.
Habló, en primer lugar, el Delegado saharaui de la provincia de Alicante, Uali Mojtar Ahmed Salem, quien expresó su dolor por la extrema violencia marroquí hacia su pueblo, condenando a la Comunidad Internacional por su silencio y expresando su agradecimiento al pueblo español por su solidaridad.
Tras él, Vicente Pérez Belda, a quien no sé si llamar fotógrafo o poeta de las imágenes. Nos aseguró que se expresaba mejor con la luz, y no defraudó… su viaje fotográfico a través de un día cualquiera en los campamentos de refugiados de Tindouf no dejó a nadie indiferente. Es más, me atrevería a decir que todas y cada una de las personas de la sala caminamos por el desierto y nos enamoramos del calor, de la belleza y de las miradas de este pueblo exiliado en la hammada; perfectamente reflejado todo ello en un audiovisual que duró 30 minutos, pero que bien podríamos estar viajando a través de él toda la noche. No eran sólo imágenes lo que estábamos viendo en la pantalla, eran sentimientos. Tenían la hermosa capacidad de emocionarnos. Un reflejo de libertad, la sonrisa de un niño, la mirada de una mujer mayor…
Quiero expresar en nombre de todos los compañeros de ASOUA la enorme gratitud que sentimos hacia Dulcinea, Luali, Uali y Vicente por regalarnos su tiempo. Esperamos que ésta no sea la última vez.
ASOUA (Asamblea por el Sáhara Occidental de la Universidad de Alicante).
* Lágrimas
Ya no tengo lágrimas,he dejado de sentir el dolorme invade la impotenciay la rabia es mi única razón
Nos han rodeadocon minas y alambradascon arena e intimidaciónhan impedido el pasoa los testigosa los informadoresy nos han declarado la guerra.
No tenemos armasni somos un batallón.
Solo somosmujeres, niños y ancianosque queremos la libertad.
Ayer, hoy y mañanaAgdaym Izikserá la vergüenza,de los que no hablaron,ni miraronni condenaron,
Han preferido el silencio,un silencio incómodoque terminaráacabandocon el crimende su complicidad.
Ali Salem Iselmu, poeta saharaui.
Emoción poética: la palabra y la imagen de un pueblo
La jornada del miércoles 10 de noviembre, se puede calificar de emotiva. Tras los acontecimientos de los últimos días y la masiva respuesta a la concentración del martes, los organizadores del acto creíamos que estaríamos solos en la sala. Nada más allá de la realidad. Éramos unas cuarenta personas.
Israel Morales, compañero de la Asamblea por el Sáhara Occidental de la Universidad de Alicante (ASOUA), presentó a los integrantes de la mesa, expresando brevemente nuestra condena a la brutalidad marroquí.
La primera persona que hizo uso de la palabra fue Dulcinea Tomás, cuyo largo currículum académico (filóloga, historiadora, antropóloga cultural y, actualmente, integrante del grupo de I+D "Literatura africana en castellano: mediación literaria y hospitalidad poética desde los 90" de la Universidad de Alicante) no le impidió describir con absoluta sensibilidad la trayectoria de la literatura saharaui. Rindió un afectivo homenaje a la oralidad en hasanía de este pueblo, para después acercarnos a la literatura en castellano con una complicidad que su mirada era incapaz de ocultar, en especial cuando leía algún fragmento o algún cuento en prosa. Reiteró el desinterés vergonzante de la Academia Española de la Lengua, cuyo representante en el exterior es el Instituto Cervantes, sobre la literatura en castellano de los pueblos africanos, entre los que se encuentra el pueblo saharaui; lengua que no es un simple vehículo de locución, si no que encierra toda la simbología de la resistencia frente al invasor marroquí de lengua francesa y de su hermandad con el pueblo español. Matizó el carácter político y social del nacimiento de la Generación de la Amistad, cuya poesía está marcada por la ocupación marroquí, la guerra y el exilio. En definitiva, nos acercó no sólo a la literatura si no también a toda una filosofía de resistencia y lucha a través del arte.
Fue ella quien dio paso a Luali Lahsen, poeta de la Generación de la Amistad, parafraseando las palabras del prólogo de la antología poética Um Draiga, escritas por Antonio Polo: “Mírenle directamente a los ojos, luego esperen que la pulpa fresca de su sonrisa deje paso franco a sus palabras.” Así fue como entramos en el viaje de una vida. Luali leyó una pequeña, pero impresionante, autobiografía que nos dejó a todos los presentes con la lágrima muy cerca de la comisura de nuestros párpados. Después nos regaló algunos poemas, poemas que resbalaban por su voz con la dulzura y la fuerza de su pueblo. No era sólo él quien nos hablaba, eran todos los saharauis pasados, presentes y futuros quienes exigían, a través de sus poemas y los de otros compañeros de la Generación, Verdad, Justicia y Dignidad. Era magia la energía que brotaba de su mirada, esperanza la que demostraba con la elegancia y fuerza de su expresión. Y sí, la pulpa fresca de su sonrisa y la franqueza de sus palabras nos contrajeron el corazón para después abrirlo, al paso del siroco, que dejará para siempre en nosotros La arena de sus huellas. Y con el tacto de Las manos, terminó este viaje por la poesía de las palabras, de las miradas y de la esperanza.
Tras la intervención abrumadora de Luali, Israel terminó por volcar toda nuestra rabia en lágrimas con un poema* de Ali Salem Iselmu sobre los últimos acontecimientos… para dar paso a la presentación del audiovisual de Vicente Pérez Belda, “La mirada de un pueblo”.
Habló, en primer lugar, el Delegado saharaui de la provincia de Alicante, Uali Mojtar Ahmed Salem, quien expresó su dolor por la extrema violencia marroquí hacia su pueblo, condenando a la Comunidad Internacional por su silencio y expresando su agradecimiento al pueblo español por su solidaridad.
Tras él, Vicente Pérez Belda, a quien no sé si llamar fotógrafo o poeta de las imágenes. Nos aseguró que se expresaba mejor con la luz, y no defraudó… su viaje fotográfico a través de un día cualquiera en los campamentos de refugiados de Tindouf no dejó a nadie indiferente. Es más, me atrevería a decir que todas y cada una de las personas de la sala caminamos por el desierto y nos enamoramos del calor, de la belleza y de las miradas de este pueblo exiliado en la hammada; perfectamente reflejado todo ello en un audiovisual que duró 30 minutos, pero que bien podríamos estar viajando a través de él toda la noche. No eran sólo imágenes lo que estábamos viendo en la pantalla, eran sentimientos. Tenían la hermosa capacidad de emocionarnos. Un reflejo de libertad, la sonrisa de un niño, la mirada de una mujer mayor…
Quiero expresar en nombre de todos los compañeros de ASOUA la enorme gratitud que sentimos hacia Dulcinea, Luali, Uali y Vicente por regalarnos su tiempo. Esperamos que ésta no sea la última vez.
ASOUA (Asamblea por el Sáhara Occidental de la Universidad de Alicante).
* Lágrimas
Ya no tengo lágrimas,
he dejado de sentir el dolor
me invade la impotencia
y la rabia es mi única razón
Nos han rodeado
con minas y alambradas
con arena e intimidación
han impedido el paso
a los testigos
a los informadores
y nos han declarado la guerra.
No tenemos armas
ni somos un batallón.
Solo somos
mujeres, niños y ancianos
que queremos la libertad.
Ayer, hoy y mañana
Agdaym Izik
será la vergüenza,
de los que no hablaron,
ni miraron
ni condenaron,
Han preferido el silencio,
un silencio incómodo
que terminará
acabando
con el crimen
de su complicidad.
Ali Salem Iselmu, poeta saharaui.
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